Seúl, Corea del Sur. Kim Jong-un, líder de la dinastía comunista de Corea del Norte, decidió celebrar su 33 cumpleaños anunciando una prueba de bomba de hidrógeno, una manera de afirmar su autoridad y de reforzar su posición ante el mundo.
Hijo pequeño del dirigente norcoreano Kim Jong-Il, fue designado para dirigir el país tras la muerte de su padre, el 19 de diciembre de 2011. El mundo descubrió entonces a un joven de silueta corpulenta, cara redonda y un corte de pelo que deja al descubierto la nuca y las orejas.
Kim Jong-un fue nombrado rápidamente
“comandante supremo” del ejército y jefe del Partido de los Trabajadores
de Corea, el partido único. Durante los nueve días que pasaron entre el
anuncio de la muerte de su padre y el entierro, Kim estuvo omnipresente
en los medios oficiales.
Se le vio llorando en primera fila,
delante de los principales responsables militares y civiles del país,
antes de inclinarse hacia el féretro de cristal de Kim Jong-il, expuesto
en un mausoleo de Pyongyang.
A partir de entonces, igual que su padre
y su abuelo, Kim Il-Sung, Kim Jong-un empezó a recorrer las fábricas,
las escuelas, las granjas y los cuarteles de Corea del Norte. Cada uno
de sus desplazamientos es seguido por los medios oficiales, donde
aparece siempre con una gran sonrisa, preguntando y animando a los
obreros al tiempo que les da consejos.
Sin embargo algunas veces se enfada,
como cuando el año pasado regañó a los responsables de una granja de
tortugas que consideraba mal gestionado. El Rodong Sinmun, el periódico
del partido, publicó entonces en primera página una foto de Kim enfadado
levantando un dedo acusador junto a los estanques.
Su liderazgo ha estado marcado por los
rumores de purgas, como la de su ministro de Defensa, Hyon Yong-Chol,
que habría sido ejecutado, según la agencia de información surcoreana.
La misma agencia anunció en abril que
Kim, líder de uno de los países más herméticos del mundo, habría
ordenado la ejecución de 15 altos responsables, entre ellos dos
viceministros, acusados de haber puesto en duda su autoridad.
En diciembre de 2012, el poderoso tío de Kim Jong-un, Jang Song-Thaek, fue ejecutado por traición y corrupción.
Tras dos pruebas nucleares abanderadas
por su padre, Kim llevó a cabo una tercera en febrero de 2013, que
desencadenó sanciones de la ONU y meses de tensiones con Corea del Sur.
Kim Jong-un nació el 8 de enero de 1983,
hijo de la tercera mujer de Kim Jong-Il, una bailarina coreana nacida
en Japón. Se formó en instituciones suizas, donde lo consideraban un
joven ambicioso y donde descubrió entre otras cosas el básquet, el esquí
y las películas de Jean-Claude Van Damme.
Los analistas consideraron entonces que
estos años en el extranjero, en un país con economía de mercado, podían
favorecer una política más pragmática que la de su padre, que nunca
estuvo en un país “enemigo”.
Kenji Fujimoto, un cocinero que trabajó
para Kim Jong-Il en Pyongyang, lo describe como “igualito a su padre,
tanto por la cara como por la corpulencia y la personalidad”. Este
parecido habría incitado a Kim Jong-Il a convertirle en heredero frente a
sus hermanos mayores, Jong-Nam y Jong-Chul.
En principio no era el preferido y el
mejor situado para la sucesión era el hijo mayor, Jong-Nam, hasta que en
2001 éste fue expulsado de Japón, donde había intentado entrar con un
pasaporte falso, según él para visitar Disneylandia.
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