La forma de caminar de Vladimir Putin, con el brazo izquierdo oscilante y
el derecho casi inmóvil, es una
secuela del entrenamiento de espía del
KGB y no un principio de Parkinson, afirma un estudio publicado el
martes en la revista British Medical Journal (BMJ).
Se trata del “paso del
pistolero”, dice el equipo de neurólogos de Portugal, Italia y Holanda,
especializados en las perturbaciones del movimiento, que estudió los
casos de Putin, del primer ministro Dimitri Medvedev y otros tres
jerarcas rusos, que caminan todos de forma similar.
“En lo primero que pensamos fue en la
enfermedad de Parkinson”, ya que la oscilación asimétrica de los brazos
es uno de los primeros síntomas, explican los médicos que estudiaron
decenas de vídeos de los dirigentes rusos.
Sin embargo, esa hipótesis fue
rápidamente descartada debido a la ausencia de otros signos como el
temblor de las manos o una escasa coordinación de los miembros.
Al contrario, basándose en las imágenes, los médicos destacan la destreza de Putin, cinturón negro de judo.
Por lo tanto decidieron estudiar otras
hipótesis sobre esa forma de andar, modelada por la formación en el KGB,
los servicios secretos soviéticos, o un entrenamiento militar
intensivo.
Los médicos mencionan un “manual de
entrenamiento del KGB”, en el que se instruye que los espías deben
caminar con la mano derecha pegada al pecho para poder desenfundar el
arma en una fracción de segundo.
“Encontramos otros ejemplos de
una oscilación mínima de un brazo vinculada al manejo de las armas: en
los vaqueros de las películas del oeste”, agrega el estudio.
Este estudio se agrega al debate sobre
la forma de caminar de Putin, explica Bastiaan Bloem, del centro
universitario médico de Radboud en Holanda, que dirigió la
investigación.
“Es un estudio inhabitual pero da un mensaje muy serio” en materia de observación neurológica, dijo Bloem a la AFP.
“Su forma de caminar anormal ya había sido señalada. Nosotros avanzamos, en forma muy prudente, nuevas hipótesis”, agregó.
Hipótesis anteriores daban cuenta de un
sufrimiento fetal, de un ataque cerebral, de una parálisis causada por
un parto con fórceps o de secuelas de una poliomielitis.
Pero esas hipótesis fueron
descartadas debido a que Putin tiene una gran fortaleza física y una
gran movilidad del hombro y el brazo derecho.
Tampoco hay signos de una enfermedad degenerativa como el Parkinson, sostuvo Bloem.
Los médicos conceden que el caso de
Medvedev es diferente en la medida en que no se conoce que haya recibido
un entrenamiento militar.
En su caso, “el paso del pistolero” se debería a un fenómeno de mimetismo, al deseo bastante corriente de querer imitar al jefe.
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